Uno de las muertes que causó repudio en la ciudadanía durante el 2018 fue la de Brenda Inés Pájaro Bruno, la mujer de 44 años, quien el pasado 25 de julio desapareció y cuyos restos óseos fueron hallados en la noche del 27 de agosto en una zona enmontada del barrio Miramar, en el norte de Barranquilla.

El cuerpo de la mujer está sepultado en el cementerio Jardines de la Eternidad del Sur y su familia aguarda que la Policía y la Fiscalía les avisen sobre la captura del presunto responsable de su muerte.

Las autoridades trabajan con expertos en criminalistas, provenientes de Bogotá, para dar con el responsable de la muerte de la mujer, asesinada con un objeto contundente en la cabeza. Se presume que fue golpeada con una piedra.

Brenda salió de su casa ese 25 de julio, en el barrio Costa Hermosa, para llevar a su hija a un centro de terapias en el barrio Ciudad Jardín, en el norte de Barranquilla. Una persona que iba con ella en el taxi le manifestó a las autoridades que en el camino al centro de terapia ella iba hablando por celular con alguien, pero nunca supo quien era.

La mujer dejó a su hija en el centro de terapia con su acompañante y salió. Luego de eso no se supo nada de ella. Es más, la última señal que tuvo su celular fue precisamente donde semanas después fue hallado su cuerpo.

Los investigadores presumen que la mujer se habría encontrado con un hombre y llegaron a esa zona de Miramar, donde el sujeto  procedió a matarla con una piedra.

El crimen de Brenda aún no ha sido resuelto y a raíz de su desaparición se empezó a crear un pánico colectivo en las mujeres de la ciudad por noticias falsas en redes sociales que indicaban que había una banda raptando mujeres. Sin embargo, la Policía Metropolitana descartó que eso fuera cierto y precisó que el caso de Brenda es una situación puntual, que no tiene relación con una banda dedicada al rapto de mujeres.